En ocasiones nos enfrentamos a situaciones dónde nuestra cabeza no es nuestra mejor aliada.

Te lo explicamos… algo no va bien, te sorprende y crees que no tienes tiempo para hacer nada, más que frenar, solo crees en la necesidad de reducir la velocidad, miras, miras… y tu moto, bloqueada por ti, solo tiene un sentido… solo va hacia el peor de los sitios, el peor de los escenarios, mientras tu mente, tan solo ve el desastre.

¿Cuándo nos suele pasar?

Como norma general nos pasará en las siguientes situaciones (factores o causas), que pueden convivir en el escenario, estando presente una o más de una:

1. Ausencia de señalización de peligro y presencia e peligro.
2. Ausencia de paneles direccionales, marcas viales o elementos guía.
3. Anchura funcional de calzada insuficiente.
4. Ausencia de referencias visuales.
5. Velocidad inadecuada.
6. Distracción en la conducción.

Primera norma:

Evitarlo depende especialmente de la atención permanente en la conducción sobre el escenario y la adaptación a la realidad percibida.

Claro que es también importante saber para percibir de forma adecuada, interpretar lo que vemos y sentimos de la forma más acertada posible.

En todo esto, una componente que debemos apreciar es la velocidad. Menos velocidad es igual a más tiempo.

Segunda norma:

Si se produce el bloqueo cognitivo, dónde las emociones no te dejan pensar, desbloquea cambiando la mirada hacia dónde deberías ir para no tener un accidente. Hacia dónde querrías ir.

Ve, analiza, seleciona y mira (focaliza la mirada).

Otras cosas que debemos saber.

Las normas son reglas que se ajustan a casuísticas más comunes.

Informa para conocimiento.

Informa.
Escuela Técnica de Conducción
IMU